Lo que permite a la ciencia alcanzar su objetivo —la construcción de reconstrucciones parciales y cada vez más verdaderas de la realidad— es su método. En cambio, las especulaciones no-científicas acerca de la realidad no suelen plantear cuestiones propias y limpiamente formuladas, sino más bien problemas que ya contienen presupuestos falsos o insostenibles, tales como “¿Cómo y cuándo se creó el universo?”; no proponen hipótesis ni procedimientos fundamentales y contrastables, sino que ofrecen tesis sin fundamento y generalmente incontrastables, así como medios controlables (inescrutables) para averiguar su verdad (p.e., la Revelación); no trazan constataciones objetivas de su tesis y de sus supuestas fuentes de conocimiento, sino que apelan a alguna autoridad; consiguientemente, no tienen ocasión alguna de contrastar sus conjeturas y procedimientos con resultados empíricos frescos, y se contentan con hallar ilustraciones de sus concepciones para meros fines de persuasión, más que por buscar realmente contrastación, como muestra la facilidad con que esas concepciones eliminan toda evidencia negativa; no suscitan nuevos problemas, pues todo su interés es más bien terminar con la investigación, suministrando, listo para llevar, un conjunto de respuestas a toda cuestión posible o permitida.
SE CORREGIRÁ EL LUNES 4 DE ABRIL.
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