domingo, 28 de noviembre de 2010

1º BACHILLERATO. REPASO EXAMEN LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 1. PRIMERA EVALUACIÓN.



REPASO EXAMEN DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA I.

CURSO 2010-2011, 1ª EVALUACIÓN.


MORFOLOGÍA:

Señala la estructura morfológica de las siguientes palabras (constituyentes internos) y di qué tipo de palabra es según su estructura y su categoría gramatical:

      1. desestructurado

      2. ambivalente

      3. faroles

      4. desembarazarse

      5. quinceañero

      6. rejuvenecido

      7. matamoscas

      8. ilegalizar

      9. entierro

      10. cantamañanas

      11. bocazas

      12. trasnocahador

      13. solito

      14. traspié

      15. ineficazmente

      16. panecillo

      17. empanadilla

      18. guaperas

      19. encasilladas

      20. autógrafo

      21. ahumado

      22. felices

      23. alumbradas

      24. boquiabierto

      25. descafeinado


Forma la familia léxica (mínimo 4 palabras) de las siguientes palabras: guerra, estructura, pan, jugar, color.


SEMÁNTICA

Ofrece un sinónimo y un antónimo para las siguientes palabras: inerme, inerte, expirar, inhumar, respaldado.


Rellena los huecos con las palabras homófonas adecuadas:

      1. Han puesto una (valla/vaya/baya)....... publicitaria frente a mi ventana.

      2. Con las lluvias primaverales los antiguos (arroyo/arrollo)........ han vuelto a fluir.

      3. (Ahí/ hay/ay) …... un apartamento precioso que nos gustaría alquilar...... mismo.

      4. (Tuvo/tubo)........ una fiebre horrible como reacción a la vacuna.

      5. Nunca …...... (Halla/aya/haya) la respuesta en esos libros. Cuando …...... terminado mi jornada, te llevaré a la biblioteca en busca de una documentación adecuada.

      6. ¡¡¡¡Sois todos un (atajo/hatajo)........ de irresponsables!!!!

      7. Sufrió una grave herida por (hasta/asta) ….... de toro. No podrá volver a torear …... la próxima temporada.

      8. Moisés atravesó el desierto apoyado en un (callado/cayado)....... de madera.

      9. Lo malo no es (errar/herrar)..........; lo malo es no aprender de las equivocaciones.

      10. Mi padre detesta los (callo/cayo).......... a la madrileña.


Ofrece 5 ejemplos de palabras homógrafas con sus parejas correspondientes.


SINTAXIS


Analiza sintáctica y morfológicamente los siguientes sintagmas:

      1. la tira de años

      2. algunos de nuestros amigos

      3. las tres hermanas de Juan

      4. bajo tu cálido cuerpo

      5. rabiosamente actual

      6. tú mismo

      7. el último emperador de Japón

      8. bien mal

      9. mucho menos eficiente

      10. lo terrible de esta situación


Analiza sintáctica y morfológicamente las siguientes oraciones simples y di cómo son según el tipo de predicado y la actitud del hablante:

      1. Se confió demasiado de sus aptitudes para aquel puesto de trabajo.

      2. Antes de Navidades se inaugurará la obra de recuperación de la ribera del Manzanares.

      3. En los programas de televisión se vilipendia constantemente a personajes públicos sin razón alguna.

      4. Nunca más se encontrarían sobre los puentes de Madison.

      5. La denuncia se la tiene que entregar el oficial al juez de guardia.

      6. Ana se hizo el traje de boda a buen precio en una tienda de diseño exclusivo.


Señala los casos en los que haya perífrasis (especificando su tipo) y/o locuciones verbales:


      1. Nunca más volveré a comer carpa después de ver ese documental.

      2. Es extraño, pero ese cliente no volvió a recoger un móvil carísimo que se había olvidado en la mesa.

      3. Los niños se echaron a reír en cuanto vieron salir a los payasos del circo.

      4. Casi todo el monte estaba ardiendo cuando llegaron los bomberos.

      5. Las mujeres marroquíes llevan los pies tatuados con jena.

      6. Llevaba esperando adoptar a aquella niña más de siete años.

      7. La celebración debe de ser a las diez de la noche.

      8. Toda la sorpresa se echará a perder si se lo contamos a tu hermana.

      9. No ha querido echar a lavar los pantalones porque dice que destiñen.

      10. Siempre viene silbando cuando está contento.

      11. Iba a contarle el cuento de Pulgarcita cuando se quedó dormida.

      12. Fue a solicitar el nuevo pasaporte a la comisaría de Madrazos porque atienden sin cita previa.

      13. Te echaba tanto de menos que he cogido un avión para pasar contigo las fiestas.

      14. Mis padres solían ir al río Alberche los domingos con toda la familia.

      15. ¡¡¡Ese gato no se echará a dormir encima del sofá nuevo!!!!


MODALIDADES DISCURSIVAS. LA DESCRIPCIÓN.

Realiza un comentario de texto descriptivo del siguiente fragmento textual siguiendo el guión de comentario utilizado en clase:


Tenía la Benina voz dulce, modos hasta cierto punto finos y de buena educación, y su rostro moreno no carecía de cierta gracia interesante que, manoseada ya por la vejez, era una gracia borrosa y apenas perceptible. Más de la mitad de la dentadura conservaba. Sus ojos, grandes y oscuros, apenas tenían el ribete rojo que imponen la edad y los fríos matinales. Su nariz destilaba menos que las de sus compañeras de oficio, y sus dedos, rugosos y de abultadas coyunturas, no terminaban en uñas de cernícalo. Eran sus manos como de lavandera, y aún conservaban hábitos de aseo. Usaba una venda negra bien ceñida en la frente; sobre ella pañuelo negro, y negros el manto y vestido, algo mejor apañaditos que los de las otras ancianas. Con este pergeño y la expresión sentimental y dulce de su rostro, todavía bien compuesto de líneas, parecía una Santa Rita de Casia que andaba por el mundo en penitencia. Faltábanle sólo el crucifijo y la llaga en la frente, si bien podía creerse que hacía las veces de ésta el lobanillo del tamaño de un garbanzo, redondo, cárdeno, situado como a media pulgada más arriba del entrecejo.


ESTAS ACTIVIDADES LAS HAREMOS JUNTOS EN CLASE, PERO ALGUNOS EJERCICIOS DE SEMÁNTICA Y EL COMENTARIO DE TEXTO REQUERIRÁ UNA PREPARACIÓN PREVIA. LAS REALIZAREMOS A LO LARGO DE LA SEMANA DESPUÉS DE CORREGIR LOS TEXTOS POÉTICOS PENDIENTES.



domingo, 21 de noviembre de 2010

1º BACHILLERATO. COMENTARIO DE TEXTOS MEDIEVALES Y DEL SIGLO XV.



TEXTO 1 ROMANCE DEL CONDE ARNALDOS.

¡Quién oviera tal ventura
sobre las aguas del mar
como la hubo el conde Arnaldos
la mañana de San Juan!

Con un falcón en la mano
la caza iba a cazar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar.

Las velas traía de seda,
la jarcia en un cendal,
marinero que la manda
viene diciendo un cantar

que la mar facía en calma,
los vientos hace amainar,
los peces que andan nel hondo,
nel mastel los faz posar.

Allí fabló el conde Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
-Por Dios os ruego, marinero,
dígasme ora este cantar.

-Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
Yo no digo esta canción
sino a quien conmigo va.

TEXTO 2. COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE, JORGE MANRIQUE.

Recuerde el alma dormida,

avive el seso y despierte

contemplando

cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte

tan callando,

cuán presto se va el placer,

cómo, después de acordado,

da dolor;

cómo, a nuestro parecer,

cualquiera tiempo pasado

fue mejor.


Este mundo es el camino

para el otro, que es morada

sin pesar;

mas cumple tener buen tino

para andar esta jornada

sin errar.

Partimos cuando nacemos

andamos mientras vivimos,

y llegamos

al tiempo que fenecemos;

así que cuando morimos

descansamos.


LOS TEXTOS SE CORREGIRÁN EL MIÉRCOLES 24 Y EL JUEVES 25 DE NOVIEMBRE.



miércoles, 17 de noviembre de 2010

2º BACHILLERATO. REALISMO Y NATURALISMO (VERSIÓN EXTENSA)

APUNTES LITERATURA 2º BACHILLERATO


EL SIGLO XIX.

LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX. REALISMO Y NATURALISMO.

  1. Introducción.

A partir de 1850 se observa en Europa un alejamiento paulatino de las formas de vida y de la mentalidad dominantes en la época romántica.

En lo social la burguesía consolida su puesto de clase dominante y deriva hacia posiciones conservadoras. Su apego a la realidad y su espíritu práctico marcan el ambiente. Ante ello, los escritores y artistas adoptarán actitudes que van del conformismo al desacuerdo, con distintos matices.

Frente a ella se sitúan las masas obreras, pugnando por mejorar sus duras condiciones de vida.

En lo ideológico sigue prevaleciendo el liberalismo, aunque más moderado, propio de la burguesía más consolidada, frente a un liberalismo progresista, propio de sectores más inquietos.

Paralelamente en el proletariado prenden doctrinas revolucionarias: socialismo, comunismo, anarquismo. Marx había lanzado su Manifiesto comunista en 1848. El marxismo se basa en la defensa de la lucha de clases como motor de la historia.

El positivismo es la filosofía más característica del momento. Se opone al idealismo romántico. Rechaza la especulación pura: sólo admite como verdadero lo descubierto mediante la observación rigurosa y la experimentación. Es la filosofía de la sociedad burguesa que se fundamenta en que no existe otra realidad que la perceptible por los sentidos. De él nacieron, directa o indirectamente, la Sociología y la Psicología científica.

Entre las aportaciones de la ciencia recordemos el nuevo método experimental (Claude Bernardl), las teorías sobre la herencia biológica (Mendel) o el evolucionismo (Darwin), en el que se postula que los seres vivos resultan de la evolución y selección natural de aquellos mejor adaptados al medio a través de la lucha por la supervivencia y gracias a la transmisión de los caracteres por la herencia.

En España tendrá gran importancia el krausismo: movimiento intelectual basado en la doctrina del alemán Karl Krause. Los krausistas defendían una religiosidad compatible con la razón y una ética basada en la convivencia y en la tolerancia. Fundaron la Institución Libre de Enseñanza, un grupo de escuelas dirigida por Francisco Giner de los Ríos.

La literatura se hará eco de las circunstancias sociales, así como de las doctrinas políticas, filosóficas o científicas a las que acabamos de hacer referencia, de ahí que el novelista se proponga una observación rigurosa de la realidad, a imitación de lo científico; se recogerán las enseñanzas de la Sociología y la Psicología a la hora de reflejar ambientes o analizar personajes; el método experimental, el evolucionismo y las teorías sobre la herencia estarán en la base del Naturalismo.


Ante esta situación social y política, los escritores se ven a menudo llevados a comprometerse y toman partido. Ante esa sociedad dominada por el espíritu burgués, se adaptarán diversas actitudes. El descontento es frecuente y puede revestir varios aspectos:

Nostalgia de formas pasadas de vida, desde posiciones tradicionalistas.

Crítica desde dentro de la sociedad, desde un liberalismo progresista.

Rechazo frontal de este tipo de sociedad, desde posiciones revolucionarias.


El desacuerdo con la sociedad burguesa había surgido con el Romanticismo, pero ahora irá por otros cauces, marcados por los cambios sociales y de mentalidad. Del subjetivismo y del idealismo románticos pasaremos al anhelo de visión objetiva; los sueños y la angustia vital del romántico serán sustituidos por el examen crítico. En suma: no se huye de la realidad, sino que se la retrata, con mayor o menor dureza, a veces con el propósito de transformarla.

En España, como ya apuntamos en la introducción del bloque anterior, la segunda mitad de siglo se ve acuciada por graves problemas sociales y fuertes tensiones ideológicas. Hagamos un breve resumen: el desarrollo de la industria y la economía, así como el auge de la burguesía, fueron más tardíos que en el resto de Europa. Frente a ella conservaban aún mucho poder los sectores tradicionalistas (nobleza y clero) y las fuerzas obreras comienzan a organizarse (en 1879 se funda el PSOE, entonces marxista). A su vez, la burguesía liberal está dividida en conservadores y progresistas. Y a su izquierda aparecen demócratas y republicanos de diversos matices, aparte movimientos revolucionarios (socialistas, anarquistas).

Todo ello explica los vaivenes políticos de la época: política moderada hasta el 68, momento en que La Gloriosa destrona a Isabel II y abre una época progresista; La Restauración (1875, Alfonso XII), cierra esta etapa e implanta un sistema de “partidos turnantes” (progresistas y conservadores alternan en el gobierno), sistema que no resolverá los problemas básicos del país, que cerrará el siglo con el desastre del 98. La cultura se hace eco de estas luchas entre tradicionalismo y progresismo, dando lugar a lo que se conoció como “las dos Españas”.


  1. Los géneros literarios en la España de la segunda mitad de siglo.

La novela es el principal género de la segunda mitad de siglo. Aunque siguieron cultivándose la poesía y el teatro, pocos autores de los que cultivaron estos géneros han sobrevivido en la historia de la literatura.




  1. La poesía.


Poesía intimista postrromántica: en la que destacaron los dos “románticos rezagados” que estudiamos en el bloque anterior: Bécquer y Rosalía de Castro.


La mentalidad burguesa y realista no favoreció el desarrollo del lirismo: la poesía no es tanto expresión del individuo como exaltación de los valores familiares y religiosos de esta clase. Las tendencias típicas del momento son:


—Poesía realista antirretórica: se caracteriza por un lenguaje prosaico alejado del Romanticismo. Su principal representante es Ramón de Campoamor, que defiende un lenguaje claro y sencillo que acerque la poesía a la prosa. En su obra destacan Humoradas y Pequeños poemas.

—Poesía realista grandilocuente: enlaza con el Neoclasicismo y su principal representante es Gaspar Núñez de Arce, que compone poemas con un lenguaje cercano a la oratoraria política del momento. Citaremos Gritos del combate (1875).


  1. El teatro.

Los géneros dramáticos del Romanticismo persisten y evolucionan a lo largo de la época realista. En los años que preceden a 1868 el drama histórico permanece en las tablas, principalmente la comedia político-moral, que se valía de figuras históricas para trazar un cuadro de intrigas cortesanas en los que se podían encontrar alusiones a la política de la época y una enseñanza moralizadora.

El otro gran género dominante es la alta comedia, creada en las postrimerías del Romanticismo. A lo largo de 50 años la comedia burguesa evolucionará considerablemente: se acercará al realismo con Enrique Gaspar, se cargará de melodramatismo con Echegaray y desembocará finalmente en la comedia benaventina. La alta comedia continua con algunos tópicos románticos. Los personajes están poco desarrollados psicológicamente y la repetición de caracteres hace que se estereotipen. Son obras de carácter moralizante en las que siempre hay un final feliz. Continúa, por tanto, la tradición pedagógica de la comedia moratiniana. La pretensión de sus creadores es “fundir la mayor belleza ética con la mayor belleza dramática”. Es un teatro donde lo fundamental es expresar una ideología, a la que se supeditan conflictos y personajes. Los temas predilectos de la alta comedia son la más cumplida expresión del nuevo estado moral traído por el cambio económico.

Autores: López de Ayala, José de Echegaray y Manuel Tamayo y Baus.

Los géneros musicales tales como la zarzuela, la ópera bufa, la revista y el sainete gozaron de gran éxito.


Manuel Tamayo y Baus (1829-1898)

Madrileño y de familia de actores, vivió desde la infancia en el mundo del teatro. Tuvo una vida ejemplar y un matrimonio feliz, aunque no tuvo descendencia. Perteneció al sector más conservador de la sociedad de la época y fue un hombre de firme catolicismo. Durante los gobiernos no progresistas trabajó para la administración pública en varios ministerios. Fue miembro de la RAE, donde ocupó el cargo de secretario y director de la Biblioteca nacional. Empezó a escribir teatro desde muy joven y dejó de dedicarse a la creación literaria a los 41 años. A su muerte legó toda su biblioteca a la RAE.

Extremó sus posturas conservadoras a partir de la Gloriosa y su radicalismo más reaccionario aparece predicado en sus últimas piezas. Pero a lo largo de toda su producción surgen las ideas nucleares del carlismo: nostalgia de la edad heroica, exaltación del altar y el trono, condena del dinero, prédica del orden y la moral social... arremete contra la moral burguesa en sus comedias morales, en la que a la acción dramática se antepone la moralidad y las ideas que quiere reflejar: los valores de orden tradicional “Dios, patria y Rey”. Sostiene que al arte no le “toca moralizar doctrinando, sino conmoviendo”, aunque su práctica teatral su obra es esencialmente doctrinaria.

Se puede decir que sus dramas son a menudo una mezcla de técnica realista y ejemplos ad hoc ilustrativos de una tesis.


Su concepción de la tragedia tiene sus raíces en la tragedia griega clásica en la que los hombres son víctimas de un funesto hado. La culpabilidad queda disipada porque los errores que cometen son involuntarios.

Ensayó gran cantidad de géneros: partió del teatro romántico efectista y de sentimentalismo exacerbado a un romanticismo moderado que derivaría finalmente en la comedia realista de costumbres.

Su obra Un drama nuevo representa una excepción dentro de la alta comedia que dominaba en la época.


  1. La prosa.

A mediados del siglo XIX predominan los principios artísticos del Realismo. El Realismo es el movimiento cultural de la clase burguesa, clase dominante, que surge como resultado de la depuración de los elementos románticos más idealistas que encuentran su mejor cauce de expresión en la novela.

En España había un terreno abonado para incorporar las nuevas tendencias: contaba con una tradición de realismo en la novela del Siglo de Oro (Cervantes, la picaresca...) y el costumbrismo de mediados de siglo supone una primera muestra de la tendencia realista de finales de siglo. Pero si aquél se conformaba con reflejar lo pintoresco de personajes y costumbres (a excepción de Larra), el realismo pretende ser la expresión total de la sociedad.

La narrativa realista europea fue muy leída y tenida en cuenta por nuestros novelistas, aunque los autores españoles no se adaptarán servilmente a los cánones del realismo francés o de otros países. En ella vieron modelos de nuevos temas y nuevos tratamientos de la realidad contemporánea. Adquirieron una preocupación por la observación y la documentación previa, a lo que debe esa impresión de “cosa vista o vivida” que nos producen tantas obras. Destacan:

Francia:

  1. Flaubert: con su rigor documental y su conciencia estética, presentes en su gran obra Madame Bovary.

  2. Balzac: su proyecto era hacer un estudio total de la sociedad de su tiempo en su Comedia humana. Los personajes aparecen en varias novelas, con lo que trata de dar cohesión a todo un mundo creado en su obra.

  3. Stendhal: penetrante observador del corazón humano en Rojo y negro (entre otras). Para Stendhal “la novela es un espejo que se pasea a lo largo del camino”. Según esto, el verdadero realismo aspira a reflejar no un personaje, una situación o un objeto, sino que ha de reproducir la realidad total, social, política, económica y cultural en constante cambio.

  4. Zola: inicia el Naturalismo europeo. Su obra principal fue Germinal.


Inglaterra:

  1. Dickens: une realismo y humorismo y suaviza los conflictos sociales mediante el sentimentalismo, sus obras principales: Oliver Twist y David Copperfield.


Rusia: los grandes novelistas rusos produjeron un fuerte impacto. El Realismo ruso ha recibido el nombre de realismo espiritualista. Se preocupan por las contradicciones íntimas del hombre y no tanto por el determinismo al que están sometidos por la raza o por el medio. Devuelven al ser humano su capacidad de decisión.

  1. Dostoievski: Crimen y castigo.

  2. Tolstoi: Ana Karenina, Guerra y paz.


Tradición española e influencias europeas dieron a la novela española una nueva etapa áurea, sobre todo a partir de 1870. El nacimiento de la novela realista tiene lugar en la década de los setenta y sus principales características son:


Observación rigurosa y descripción fiel de la realidad. Hay un deseo de representar de forma objetiva la realidad. Así, el escritor se documenta sobre el terreno, tomando apuntes sobre los escenarios, las gentes, la indumentaria... ; o busca en libros los datos necesarios para conseguir la exactitud ambiental o psicológica.

Ubicación próxima de los hechos. Las obras realistas giran en torno a la sociedad contemporánea, única que puede ser objeto de una indagación directa, de ahí que la sociedad española pase a ser el tema por excelencia y su actuación y problemas concentren la atención de estos novelistas.

Propósito de crítica social. La novela realista, que arranca con la publicación en 1870 de La Fontana de oro de Galdós, se ocupa de la problemática burguesa, defiende su sistema de valores y contempla el mundo desde una óptica burguesa. Pero esto no implica un total acuerdo con las manifestaciones de sus ideales, muy al contrario, abundan las críticas más o menos aceradas, aunque hay que tener en cuenta que la crítica se hace desde el mismo grupo a la que va dirigida. En estas novelas podemos apreciar claramente la evolución de la clase burguesa española: frente a la aristocracia parasitaria e inoperante, se alza la figura del burgués, progresista que aspira a reformar las estructuras sociales. Dicho personaje contrasta a menudo con un sector de la clase media ineficaz y aparente constituido por burócratas y rentistas; sin embargo la burguesía empieza a desnaturalizarse y a ponerse del lado de la alta burguesía o de la antigua aristocracia. Las críticas se ceban en el “quiero y no puedo” de los pequeños burgueses de la Restauración.

El interés se centra en la vida urbana, representada por Madrid, que aparece positivamente connotada frente a la rural, sede del ocurantismo reaccionario y retratada como un campo estático en el que nunca ocurre nada a nivel de clase. Autores como Galdós la satirizan ferozmente.

Frente al interés que suscitan la alta y pequeña burguesía, el mundo de oficinistas, funcionarios y empleados, se prescinde de la clase obrera y sólo se hacen referencias superficiales o excesivamente simplistas.

Narrador omnisciente: maneja los hilos del relato y lo sabe todo de los personajes. Es un demiurgo que conoce a la perfección la vida y milagros de sus criaturas, es un cronista que conoce al dedillo todo lo que ha ocurrido, de este modo “sus afirmaciones tienen más peso y dan impresión de verdad; es un testigo sereno y su desapasionamiento contribuye a que los hechos novelescos parezcan verosímiles y aceptables”, ya que habla como si hubiera tratado personalmente a las figuras del relato, acumulando detalles en su descripción física y moral.

Descripciones minuciosas, que responden al afán de reproducir con toda fidelidad el entorno, los personajes y sucesos, y que alcanzan por igual a personas, objetos, ambientes y paisajes

Personajes. Los lectores conocen a los personajes fundamentalmente a través de las palabras del narrador y de sus descripciones, que condicionan por completo nuestra interpretación. Los protagonistas son tanto individuales como colectivos (como en La Regenta). Las novelas realistas se componen de un cierto número de personajes redondos, es decir, que tienen una psicología más o menos compleja que va evolucionando a tenor de las circunstancias, a imitación de los seres reales, y de una serie de personajes planos, caracterizados por un solo rasgo o muletilla, o por un número muy limitado de ellos.

Los tipos sociales que aparecen en estas novelas son de lo más variado: el clero, el funcionariado, la clase política, la alta burguesía y la aristocracia, la clase media y el pueblo llano... Además, a lo largo de la narrativa decimonónica se advierte una esencial antítesis entre dos tipos ideológicos: el conservador y reaccionario, que se aferra a la tradición y rechaza el progreso, y el positivista. La visión que se nos da de cada uno está en estrecha relación con la ideología del autor. Tal vez sean Pereda y Galdós los que se presten mejor a este análisis.

Lenguaje: aproximación al lenguaje coloquial. Es evidente que en las obras hay dos estadios distintos: la voz del narrador y la de los personajes. La primera se nos presenta en un estilo más cuidado y culto, a veces incluso retórica, pero participa muy a menudo del tono coloquial, con expresiones muy similares a las que se ponen en boca de sus criaturas. El habla de los personajes varía para ajustarse a los rasgos específicos de cada uno de ellos y se convierte en un elemento esencial de su caracterización. Así encontramos una amplia gama de idiolectos que van desde el tono más culto al más vulgar, pasando por lo que reflejan las peculiaridades lingüísticas de cada región.

Verosimilitud.

Estructura narrativa lineal. Los hechos siguen un orden cronológico.

Estilo sencillo y sobrio.

Todos estos rasgos alcanzan su máximo desarrollo en la novela naturalista.


El Naturalismo es una corriente literaria que se desarrolla en Francia y que tiene como principal impulsor a E. Zola que en su obra La novela experimental intenta aplicar a la literatura los principios expuestos por Claude Bernard, para aproximarla así a la ciencia. El novelista debe ser, en primer lugar, un observador capaz de asimilar los mil aspectos del mundo natural, tras esta fase, en la que se queda el realismo, ha de pasar a la experimentación: no se contenta, por tanto, con la cara externa de la realidad sino que profundiza en ella para formular las leyes que la rigen y adquirir un conocimiento científico de los fenómenos. Zola pretende experimentar en el alma humana como el fisiólogo sobre la materia, lo que conlleva una utilidad práctica: cuando se llegue a conocer el mecanismo que genera determinada pasión en el ser humano, “podremos intentar reducirla, o al menos que resulte inofensiva”.

El noveslista ha de ser objetivo e impersonal, el narrador impasible y neutro y la descripción detallada y exacta.

La novela se convierte así en una pura crónica cotidiana. Al autor no le interesan los seres excepcionales, sino las criaturas normales y corrientes. Partiendo del análisis de un individuo medio o de un grupo de ellos, se puede llegar a conocer la sociedad en la que se integran.

El determinismo va a ser clave en estas novelas: el hombre está determinado por la sociedad (determinismo ambiental) y por la herencia biológica, es un producto de la combinación de ambos factores.

El narrador naturalista no retrocede ante los aspectos más morbosos, sombríos y repugnantes de la sociedad, antes bien, profundiza en ellos e intenta ejemplificar que si ya que no se puede cambiar la herencia biológica, sí se puede aspirar a igualar las condiciones sociales en que viven los hombres.

La lengua literaria está consonancia con esa imagen degradada de la realidad y se vuelve más bronca y cruda.

En definitiva, realismo y naturalismo difieren en su percepción de la realidad. “Para el realismo se trata de una realidad matizada por el autor; para el naturalismo se trata de una realidad que se pretende objetiva, que debe mostrarse en toda su exactitud científica e impersonal, sin amañarla hacia un desenlace prefijado.” Pero la teoría no siempre pudo ser cumplida en la práctica en todos los casos, e incluso Zola en algunos momentos no pudo evitar esas interferencias personales.

A fines de siglo, el naturalismo entra en crisis y se buscan otras salidas estéticas como el Impresionismo, el Espiritualismo, el Simbolismo, el Modernismo...










  1. Novela realista y naturalista en España.


    1. Del Romanticismo a la novela realista.


El proceso de transición del Romanticismo a la novela realista está representado por autores como Juan Valera, Pedro Antonio de Alarcón, Jose María Pereda o Fernán Caballero. Algunos críticos han catalogado estas novelas como costumbristas.


Pedro Antonio de Alarcón

En 1874 publica la que se ha considerado su mejor obra, El sombrero de tres picos. Es una especie de sainete cómico que evoca el pasado salpicado de animados cuadros costumbristas. Deforma y estiliza la realidad hasta lo grotesco.


Jose María Pereda

Ideología conservadora. Parte del costumbrismo. Su obra El sabor de la tierruca es un ejemplo de novela regionalista ambientada en Santander. El lenguaje está plagado de localismos, dialectalismos y expresiones coloquiales. Una de las polémicas que ya se planteó entre sus contemporáneos es si Pereda estaba más vinculado al Naturalismo o al realismo. Algunas de sus técnicas narrativas, como las minuciosas descripciones de la gente de la Montaña, en las que no detiene ante los aspectos más sórdidos, permiten asociarlo a la escuela naturalista. Sin embargo muchos críticos apuntan que hay en su obra diferencias abismales con ésta, principalmente de orden religioso y moral: la concepción religiosa y moral que Pereda tiene de la vida, está en las antípodas de Zola.


Juan Valera

Andaluz que comienza tardíamente a escribir novelas (contaba con 50 años), su obra principal es Pepita Jiménez, publicada en 1874, aunque en su trayectoria también destaca un cuento fantástico llamado Morsamor.

El amor es siempre el tema fundamental de sus obras, para las que se inspira en sus propias relaciones amorosas.

El clasicismo sui generis que proclamó como doctrina propia, entendía el arte como entretenimiento ajeno a cualquier preocupación. Este principio general se aplicaba con mayor rigor a la novela.

Considera la novela como un género libre en el que todo cabe. A la libertad de la novela se une un cierto idealismo que no huye de la realidad, pero que la embellece y exalta. Contrasta el “idealismo” teórico de Valera con la marcada inclinación a las realidades más palpables e inmediatas: comidas, ambientes, costumbres populares... de la misma forma, la descripción psicológica de los personajes capta con hondura la esencia de lo real. Sin embargo, es constante en sus relatos la tendencia a eliminar aspectos desagradables, repulsivos o bajos de la existencia (esta tendencia Naturalista le repugna), convencido de que “como toda buena novela tiene algo de poesía, siempre intervienen y siempre procuran los novelistas que intervengan en sus obras lo extraordinario, lo ideal, lo raro, lo peregrino”.

No obstante sus novelas no son inocentes narraciones: van cargadas de intención ideológica pero nunca planteadas en los términos maniqueos de la novela de tesis.

En Pepita Jiménez traslada un caso de familia en el que un seminarista queda seducido por una mujer viuda, Pepita. Muchos han señalado que la importancia de la novela radica en el profundo análisis psicológico que el autor hace de la protagonista femenina. Valera busca en sus obras al hombre y a la mujer antagonistas de cuya unión puede surgir la armonía o la desgracia.

La obra se estructura en tres partes: la primera está narrada de forma epistolar: el autor desaparece y cede su voz a D. Luis, cuyas cartas enviadas a su tío el deán, sirven de presentación de los personajes y del pueblo, así como de las dudas y sentimientos del propio Luis. Pepita pronto se convierte en el tema central de su correspondencia porque en un principio es cortejada por el padre de Luis; en la segunda parte (Paralipómenos), el autor encamina todo hacia el triunfo del amor entre ambos. Los personajes secundarios conspiran a la felicidad de los amantes; en la tercera, (Epílogo), se dedica a narrar los hechos posteriores a la boda.

Resumen de las ideas de Valera sobre el arte y la novela:

Función del arte: crear belleza y distraer.

Desprecio por el arte que intenta moralizar abiertamente.

El territorio de la novela es lo pensable, lo imaginable, pero dentro de lo verosímil.


Fernán Caballero (pseudómino de Cecilia Böhl de Faber)

Su novela La gaviota, publicada en 1849, constituye el primer intento de realismo en España. Es la novela de Andalucía. La obra representa la transición en prosa del romanticismo al Realismo: no llega a conseguir un total realismo porque en ella predomina todavía lo pintoresco del costumbrismo. Va colocando cuadros de costumbres, tipos y escenas de la vida campesina, siempre desde una perspectiva idealizada, aunque reproduzcan la realidad con la exactitud propia del Realismo.


    1. Los grandes escritores realistas.


Leopoldo Alas “Clarín” (1852-1901).

Aunque nació en Zamora, se consideraba asturiano. Fue Catedrático de Derecho en Oviedo, donde vivió toda su vida, alternando cortas temporadas en Madrid. Fue un hombre que vivió de su pluma: sus incisivos artículos periodísticos son fiel reflejo de su personalidad. No tenía reparos a la hora de expresar sus ideas con la mayor crudeza.

Además de sus fantásticas facultades creativas, destaca en él su capacidad “para la especulación teórica. Clarín fue ante todo un filósofo y moralista” (Sobejano).

Ideología: fue, por encima de todo, un liberal. La revolución del 68 determinó su adhesión al libre examen y al espíritu crítico reformador, sin prejuicio de su amor a ciertas tradiciones. Su ideal político fue el republicano (adicto al posibilismo de Emilio Castelar hasta 1893).

Las crisis religiosas son uno de los aspectos fundamentales en la biografía interna del autor. Vivió en perpetuo conflicto entre la razón y la fe. Durante un largo período de su vida adoptó una actitud escéptica y racionalista debatiéndose, como algunos de sus personajes, entre el deseo de creer y la imposibilidad racional de lograrlo, aunque parece que en 1892 sufrió una aguda crisis moral que le llevó hacia una honda religiosidad. En todo caso, hay que señalar que esta actitud no le llevó a un catolicismo ortodoxo, ya que por encima de todo lo que más repudió fue la intransigencia y la intolerancia del dogma. De ahí su profundo anticlericalismo.

Tenía un gran conocimiento de la literatura europea del momento y se inclinó por la obra de Zola y Flaubert.

La obra de Clarín está compuesta por numerosos artículos, varios libros de cuentos, dos novelas y una obra de teatro.

—Crítica literaria: fue un crítico poco indulgente y muy valorado en su época. No nos ofrece un corpus crítico sistemático, sino más bien las impresiones de un lector que van aflorando al compás de la actualidad. Su labor crítica está íntimamente relacionada con el ansia de reforma y educación que lo domina. Aspira a difundir literatura de calidad. No sólo le interesan los escritores españoles, sino que se abre a otras culturas, en especial la francesa. Da a conocer a los grandes autores extranjeros y analiza su obra.

Se distinguen dos modalidades: por un lado, la crítica satírica, que fue la que le dio mayor popularidad y en la que con humor, ironía, censura y sarcasmo quiere combatir la ignorancia y osadía de los escritores de mal gusto. Es el caso de sus Solos y Palique; crítica expositiva, en la que realiza un examen elaborado y sugerente de una obra literaria, como en Ensayos y revistas.


—Cuentos: destacaremos Pipá y ¡Adiós cordera!. En sus cuentos Clarín recrea las vidas de personajes humildes víctimas de la sociedad.


—Novelas: destacaremos su novela Su único hijo, en la que se burla del romanticismo mediante la caricatura del hombre romántico. Centraremos nuestro estudio en su obra cumbre, La Regenta.

La Regenta

La obra está ambientada en la ciudad de Vetusta (Oviedo, aunque la vida que refleja podría corresponder a cualquier ciudad de provincias). En ella el autor pasa revista a toda la sociedad de su época a través de la historia central de Ana Ozores, una joven piadosa casada con un hombre mucho mayor que ella, que se debate entre su entrega a la caridad cristiana y su pasión por la vida. El perfil psicológico de la protagonista es extraordinariamente complejo y rico en matices: el autor se recrea en desnudar ante nosotros su intimidad.

La acción se desarrolla a lo largo de tres años.

La obra está dividida en dos partes. En la primera es una parte descriptiva en la que el autor nos presenta la ciudad y la vida de los personajes; se caracteriza por su estatismo: la acción avanza lentamente. La segunda parte desarrolla toda la acción de la historia en la que ya no es necesario hacer digresiones descriptivas porque el lector ya conoce minuciosamente a todos los personajes pintados en la primera parte. Cambia el ritmo y asistimos a los vaivenes del conflicto, muy cuidadosamente matizados.

Ana es la mujer más bella y más recta de toda la ciudad, representa la perfección que hay que destruir, a la que hay que hacer cometer un error. De ella tirarán dos fuerzas durante toda la obra: por un lado, la pasión, representado en Don Álvaro, un don juan de provincias que conseguirá que Ana caiga en el adulterio; por otro, la rectitud y disciplina moral que representa su confesor, Fermín de Pas. Los dos tienen interés en conseguir algo de Ana: para Don Álvaro conquistar a la Regenta supondría todo un éxito en su carrera como seductor debido a la dificultad de la empresa; para el Magistral, tener entre sus hijas de confesión a Ana supone un triunfo en su carrera de ascenso dentro de la Iglesia (el Magistral es un hombre poseído por la ambición.) Sin embargo, esas ansias de conocer y dominar el alma de la protagonista tienen una raíz carnal que él intenta ocultarse a sí mismo, pero que no puede sofocar, lo que le llevará a comportarse en ocasiones como un amante celoso.

La novela termina con la caida de Ana, sola, ya que la ciudad sigue igual: no ha pasado nada y a nadie le importa lo que han hecho de ella.

La fuente principal para el personaje de Ana Ozores fue Enma, tomada de la Madame Bovary de Flaubert.

En la obra es un narrador omnisciente el que nos cuenta los hechos. Hay en la novela un gran desarrollo del estilo indirecto libre.

La obra contiene una fuerte crítica social. En Vetusta reinan la mezquindad, la hipocresía, la ociosidad, la necia rutina y la reacción. La Regenta nos muestra una sociedad en la que la que la Revolución burguesa no se ha consolidado, no ha destruido el antiguo régimen, sino que, pactado con él, se dispone a vivir una colosal mentira: disimular bajo una costra moderna, los modos de vivir tradicionales. La novela centra su atención en el clero, que no destaca precisamente por su especial dedicación a la vida espiritual.



Benito Pérez Galdós (1843-1920)

Canario de nacimiento, su familia le envía en 1862 a Madrid para que estudie derecho. Sin embargo, le atrae más la vida del Ateneo, las tertulias y la vida “bohemia” que los estudios de leyes. Nunca terminó la carrera. Se dedicó al periodismo, lo que le proporcionó el dinero indispensable para vivir y para dedicarse por entero a la creación de sus obras literarias. Muchas de sus novelas fueron publicadas por entregas.

Viajó mucho por España, lo que le puso en contacto con la vida y los problemas de las gentes. La España que tiene ante sus ojos no le gusta, así que decida buscar la raíz de estos males que aquejaban el país.

Fue un escritor muy prolífico: escribió 32 novelas, 42 Episodios Nacionales, 24 obras dramáticas, prólogos, artículos y cuentos. Logró captar como nadie los cambios de la vida colectiva y personal, centrándose en la vida de Madrid. Defensor de la clase media como clase del progreso y del cambio, se fue desengañando poco a poco de ella. De un “radicalismo” burgués inicial que podría representar Doña Perfecta, pasa a ser el escritor que desde la burguesía piensa y trabaja contra ella. La peor parte de la sátira galdosiana se la lleva “el quiero y no puedo” de las clases medias, que están dominados por la pasión por el lujo y por el afán de aparentar y figurar.

Ideológicamente, se adscribió primero al liberalismo progresista; más tarde adoptó posiciones más avanzadas y se proclamó republicano y vecino a los socialistas. Su postura ideológica le valió el rechazo de los sectores ultracatólicos y reaccionarios.

Fue proclamado pare l Premio Nobel y murió, ciego y arruinado, entre el clamor del pueblo que dio vida a sus novelas.

Para entender mejor su obra, he aquí su propia concepción de la novela:

Imagen de la vida es la novela, y el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y las fisonomías, todo lo espiritual y lo físico que nos constituye y nos rodea, y el lenguaje que es la marca de la raza, y las viviendas, que son el signo de la familia, y la vestidura, que diseña los últimos trazos externos de la personalidad: todo esto sin olvidar que debe existir perfecto fiel de balanza entre la exactitud y la belleza de la reproducción.

Es decir, el novelista debe intentar reconstruir toda una sociedad tanto en los rasgos individuales de los seres que lo forman, elevados a la categoría de tipos característicos, como en su comportamiento colectivo. El punto de partida hay que buscarlo en lo “natural”, en el vulgo, materia prima y última de toda labor artística.

Galdós rechaza el escapismo romántico, las historias inverosímiles y los héroes de cartón piedra, para volver los ojos al gran observatorio que es Madrid.

Se concentra fundamentalmente en la burguesía madrileña. No se dedica a plasmar los conflictos que trae consigo la incipiente industrialización, sólo hay algunas alusiones esporádicas, lo mismo que ocurre con los graves problemas del campesinado. Pero incluye el retrato de numerosos tipos y ambientes del bajo pueblo que a menudo se relacionan con la clase media, e incluso dedica alguna vez su atención al inframundo de la miseria, como puede verse en Misericordia y en fragmentos de otras novelas como La desheredada, Fortunata y Jacinta, Nazarín... la aristocracia decadente también tiene su puesto en la narrativa galdosiana.

Trayectoria novelística

  1. Los Episodios nacionales.

Conjunto de 46 relatos que reconstruyen la historia de España del siglo XIX desde la batalla de Tarfalgar (1805) hasta la Restauración borbónica (1875), que se agrupan en cinco series. Galdós con esta obra crea una nueva forma de novela histórica en la que la realidad y la ficción, pero de forma que se ofrece una imagen verosímil de España fruto de un riguroso trabajo de documentación.


  1. Novelas de la primera época.

Con La Fontana de Oro se inicia la narrativa galdosiana con texto de tema histórico no contemporáneo: pretende ofrecernos una crónica política del trienio liberal (1820-1823). Se advierte el empeño de Galdós en ofrecernos una lección útil para el presente de España. Otras novelas de esta época son El audaz, La sombra.


  1. Las novelas de la intolerancia religiosa.

Doña Perfecta, Gloria y La familia de León Roch son, en una forma u otra, denuncia del clericalismo y pintura de los males que la intolerancia acarrea a la sociedad y al individuo. El falso celo religioso se presenta como obstáculo para la felicidad y el amor, como fuerza que destruye los sentimientos más puros.

De esta época es también Marianela, que cuenta la trágica historia de amor entre una joven y un muchacho ciego. (la pongo aparte porque no se incluye dentro de las tres novelas unificadas por el tema de la intolerancia religiosa)

  1. Novelas contemporáneas.

Con la publicación en 1881 de La desheredada, da cabida al Naturalismo europeo del momento: se recrea en la plasmación de un mundo sórdido que acaba envolviendo a Isidora hasta arrojarla a la más absoluta degradación; el determinismo ambiental pesa de forma considerable a lo largo de todo el relato. Esta tendencia continuará en Tormento, Miau y Tristana. Madrid aparece casi siempre como personaje colectivo y los personajes son producto de la mediocridad que los rodea. La cumbre de este periodo lo alcanza con Fortunata y Jacinta (1886), que es la novela del Madrid total y que cuenta con más de 1500 personajes.

  1. Novelas de la última etapa: etapa espiritualista.

En este grupo se encuentran novelas como Nazarín o Misericordia. En ellas predomina el espiritualismo y la pobreza como modo de vida. Se aprecia la influencia de los grandes escritores rusos como Tolstoi o Dostoievski.



Uno de los mayores logros de Galdós es que recrea en sus novelas el lenguaje popular, la lengua coloquial y distingue el habla de los personajes según su clase social. Supo encontrar exactamente el tono que convenía a su universo novelesco. Huye de la retórica y se inspira en “la fuente directa del habla común”, tomando siempre lo más gráfico y expresivo del lenguaje conversacional. Su naturalidad es el resultado de una constante y apasionada observación del entorno: términos y giros castizos, magníficas transcripciones de la lengua arrabalera...

A media que avanza su vida, aumenta el diálogo en sus novelas. Utiliza mucho el monólogo interior mediante la técnica del estilo indirecto libre.

En cuanto a los personajes, es el autor de esta generación que ha dibujado con mayor amplitud e intensidad los diversos tipos de la fauna social que componen el universo de la novela realista. Nadie nos ofrece tal gama de individuos y con matizada psicología. Su obra narrativa es una auténtica “comedia humana” enmarcada en la sociedad de la restauración.

Al final de su vida se dedicó sobre todo a escribir obras de teatro en las que refleja cuatro temas fundamentales: la libertad, la voluntad, la verdad y la caridad. Destacan, entre sus últimas obras, la novela dialogada El abuelo y en su producción teatral Casandra y Electra.


3.3. La novela naturalista.


Emilia Pardo Bazán (1851-1921)

Es la mejor representante del naturalismo al modo hispánico. Gran viajera, cultivó la crítica literaria, la narrativa, el cuento y el ensayo. Obra: La tribuna es la historia de la pobreza gallega, pero su obra más conocida y valorada ha sudo Los pazos de Ulloa, donde ensaya el naturalismo pleno. Es la máxima interpretación del mundo rural gallego. El determinismo impide que los personajes encuentren soluciones a sus problemas.

Gran defensora de la mujer, abogó por el amor libre. Su obra es testimonio de su liberalismo progresista.


Blasco ibáñez (1867-1928)

Es el último novelista del naturalismo en España. Destaca su obra Cañas y barro y Entre naranjos, en las que recrea la región valenciana mediante la mezcla de costumbrismo y naturalismo.